Como consecuencia del cambio climático, la sequía ha dejado al campo andaluz sin flores, por lo que las abejas no tienen qué comer. A esto se suma que la alimentación que le debe proporcionar el apicultor para que no se mueran (a base de azúcar) ha incrementado su precio en un 75% en los últimos meses, lo que es inasumible para los productores, que están en la ruina y que, en muchos casos, no pueden ni afrontar los costes de desplazamiento para acceder a las colmenas, ha señalado el responsable de Apicultura de COAG Andalucía, Antonio Vázquez,
“No hay dinero –afirma Vázquez-. Porque además de las consecuencias de la sequía, hay que decir que, a estas alturas, aun tenemos el 80% de la miel sin vender en los almacenes. La industria no nos compra la miel. No nos necesita. Está centrada en importar mieles que no son, de China, y no consumir las mieles nuestras. No nos compran ni un kilo de miel. Y no porque no se consuma, sino que porque obtienen mucho más beneficio metiendo basura en los lineales. Basura en vez de miel”.
En este sentido, ha ofrecido un dato que refrenda sus palabras: “En los seis primeros meses de 2022 se ha importado más miel que en todo el año 2021. 2022 va a ser un año con récord histórico en importaciones de mieles que no son mieles”.
Antonio Vázquez ha insistido en que los apicultores “nos estamos asfixiando, no tenemos para alimentar las colmenas, no tenemos para nada, aunque estamos a pie de cañón todo el año”.
Por si la realidad no fuera suficientemente negra para la apicultura andaluza, se suma otra seria amenaza: la invasión de la ‘vespa orientalis’, una especie de avispón que está masacrando los colmenares, eliminándolos enteros, sobre todo en las provincias de Málaga y Cádiz.
“Este año –apunta- van a morir un 30% más de colmenas que otros años. Por la ‘vespa orientalis’, por la falta de alimentos y por la falta de recursos para acceder a visitar las colmenas”. Respecto a las ayudas Vázquez ha destacado que se han solicitado “y nos las han denegado”.
“Ayudas hay para otros sectores por la sequía, por la guerra de Ucrania…, pero nosotros también necesitamos las ayudas porque nos estamos viendo abocados a dejar la actividad y buscar otro trabajo. Estamos en las últimas y necesitamos una ayuda excepcional para sacar este año adelante. Y es que no solo se va al traste la apicultura, sino la polinización, el medio ambiente… y todo lo que conlleva”.
Esta situación me parece vergonzosa.
un sector que además de ALIMENTARNOS, nos aporta tantos beneficios a nivel MEDIOAMBIENTAL,
y que se vea en estas circunstancias por no tener un apoyo en nuestra política económica para que sean FAVORECIDOS NUESTROS APICULTORES, además de recibir las ayudas que tan necesarias son.
DIGNIDAD LABORAL para la base de nuestra economía, que siempre es la más olvidada.
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