La administración catalana ha presentado el Plan estratégico para el control de los daños producidos por el jabalí 2022-2024. Hay un presupuesto de 10 M€ en tres años de los que 3,7 M€ se movilizarán en 2022. El mayor avance legislativo incluido en el Plan será la nueva Ley de caza (la actual es del año 1970) que debe contribuir a la gestión sostenible de los ecosistemas y al equilibrio territorial.
Se calcula que en Cataluña existen actualmente unos 200.000 jabalíes y las capturas la temporada de caza pasada (2020-21) fueron de unos 70.000. A esta cifra, hay que añadir los jabalíes que mueren por accidentes de tráfico o en la naturaleza, o por falta de alimento o enfermedad, que serían unos 3.000 anuales actualmente.
Accidentes de tráfico y daños en la agricultura y la biodiversidad
En 2021, la Generalitat otorgó 1.840 autorizaciones excepcionales para capturar ejemplares de especies cinegéticas, de las cuales 930 (aproximadamente la mitad) correspondieron al jabalí. En 2020 fueron 1.540, cuando un 45% de todos los expedientes de daños a la agricultura en Cataluña producidos por especies cinegéticas correspondieron al jabalí.
Todos los tipos de cultivo están afectados por el jabalí, con los cereales que reúnen la mayor parte de los conflictos (28,6% de los expedientes), seguidos de los cultivos hortícolas (16,1%), la fruta dulce (15,6%), las forrajeras (9,7%), los frutos de caparazón (8,9%), la vid (6,9%) y el olivar (4,3%). También afectan a las trufas, leguminosas, oleaginosas y proteaginosas. En ganadería, los jabalíes tienen efectos sobre la fuente de alimentación, ya que producen daños en prados y pastos.
En 2021, según datos del Departamento de Interior, en Cataluña hubo 5.032 accidentes de tráfico originados por animales, la gran mayoría jabalíes.
Las sobrepoblaciones de jabalí también suponen una amenaza para la biodiversidad. El jabalí, en el caso de la flora, cuando se encuentra en alta densidad, puede suponer una amenaza para algunas especies como las orquídeas, tanto por el consumo directo de bulbos como por el efecto de los hurtos. Pueden afectar a otras especies amenazadas de flora y fauna que tienen poblaciones muy reducidas en Cataluña. Los jabalíes también afectan a otras especies amenazadas por depredación sobre huevos y crías, como las colonias de pájaros marinos y acuáticos nidificantes, crías de tortuga mediterránea y larvas de anfibios.
Además, las altas densidades de jabalí favorecen la diseminación de patógenos, las bacterias que pueden causar enfermedades infecciosas, algunas de las cuales pueden afectar a los humanos o al ganado y tener notables impactos económicos. Es el caso de la tuberculosis, la triquina y la peste porcina africana (PPA). El jabalí está involucrado en el 100% de los problemas de seguridad alimentaria que producen los mamíferos cinegéticos y en más del 95% de los problemas de sanidad animal (tuberculosis bovina, principalmente, pero también otras dolencias que afectan a los rebaños).
La entrada de jabalíes en zonas urbanas es cada vez más frecuente y genera conflictos de interacción con humanos y destrucción de jardinería y mobiliario urbano, entre otros.
Métodos complementarios a la caza
Las densidades de jabalí se han triplicado en el conjunto del país en los últimos 10 años. La herramienta más eficaz para controlar esta sobrepoblación es la caza. Sin embargo, si en 2012 se concedieron unas 69.000 licencias de caza, en esta última temporada se han otorgado unas 33.000. De estas licencias, más de la mitad corresponden a cazadores mayores de 65 años y la tendencia es que se pierdan de media unos 2.300 por temporada. Por tanto, la capacidad de controlar este animal mediante la caza disminuye progresivamente.
El Plan incrementa el soporte al control de las especies cinegéticas mediante las pandillas de cazadores e incentiva el consumo de carne de caza. Se pondrán en marcha nuevas actuaciones para proteger los cultivos y evitar que los jabalíes accedan al alimento. También incluye el despliegue de un plan de acción para realizar las actuaciones necesarias para reducir poblaciones en cada territorio, así como la mejora de seguridad en las redadas, el apoyo a los ayuntamientos y la creación de mesas de cogestión.
El cazador experto
El Plan contempla el diseño y la creación de la figura del cazador experto, como cazador colaborador en el control de poblaciones. Esta nueva figura busca tecnificar la caza frente a la proliferación alarmante de algunas especies cinegéticas y la caída constante de licencias de caza.
El cazador experto se prevé que empiece a actuar este mismo año y podrá llevar a cabo actuaciones específicas que comporten un cierto riesgo, requieran de mayor experiencia o se sitúen en zonas complejas. Esta iniciativa se realizará con el apoyo de las entidades representantes de las personas cazadoras de Cataluña. También se contará con la colaboración del Cuerpo de Agentes Rurales, que con presencia en todo el territorio catalán apoyará estas actuaciones.
Mejora de la seguridad de las redadas
Para la temporada de caza 2022-2023, las sociedades de cazadores tendrán que informar sobre el lugar y día que lleven a cabo las redadas. El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural incorporará en el orden de vedas (que es el documento que marca la normativa para la temporada siguiente) este requisito para mejorar la seguridad de las redadas y compatibilizar los diferentes usos del medio natural .
Con estos datos, el Departamento creará un aplicativo en el que se podrán consultar las cacerías que se llevan a cabo en Cataluña y de este modo incrementar la seguridad de los usuarios del bosque.
Esta mejora en seguridad se suma ya al protocolo que firmó el propio Departamento el mes de noviembre con los espacios naturales de la Diputación de Barcelona y la Federación de Caza para mejorar la seguridad en las medidas, que se irá implementando en otras zonas.
En Cataluña, durante la temporada hábil de caza de jabalí, se pueden realizar aproximadamente 500 redadas en un solo fin de semana y se calcula que a lo largo del año la cifra total es de unas 13.000.
Apoyo a los ayuntamientos
Los jabalíes cada vez llegan más a las zonas urbanas buscando alimento en contenedores de desechos, en las zonas verdes, en las colonias de gatos o en puntos de alimentación que aportan los propios vecinos (actividad que actualmente está prohibida). Por eso, y ante estos nuevos comportamientos de los animales, el nuevo Plan activará una serie de acciones para gestionar el seglar en zonas urbanas y periurbanas. Concretamente, se dará apoyo económico para poner en marcha planes municipales específicos para la gestión del jabalí en pueblos y ciudades, una campaña con ayudas económicas para controlar sus poblaciones, a menudo con métodos diferentes o complementarios a la caza, y actuaciones para protección contra accidentes en las infraestructuras.
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