En el mundo de la caza, como en la vida misma, las mujeres nos enfrentamos a una doble barrera. Por una parte, la cruda realidad de la tradición histórica y la existencia de vetos ancestrales en la mayor parte de las actividades de la vida cotidiana. Por otra, y no menos grave, la invisibilización, intencionada o negligente, de aquellas mujeres que han destacado en ámbitos vetados a su presencia.
Es cierto que todavía hoy existe una infrarrepresentación de la mujer en los puestos directivos de la caza, como también sucede lamentablemente en el resto de federaciones deportivas, grupos empresariales o cargos políticos. Sin embargo, hace un flaco favor al feminismo cuando desde su ignorancia y desconocimiento de la realidad del sector califica -como hizo recientemente- el papel de la mujer en la caza de “mero elemento de folclore”, y entierra bajo un cúmulo de estereotipos el trabajo diario que ha llevado a progresar a muchas mujeres que no solo viven la caza con pasión, sino que han conseguido por méritos propios dedicarse a ello profesionalmente.
El problema no es que cualquier representante político pueda desvirtuar desde su desconocimiento y desde el estereotipo a cualquier sector, aún a costa del esfuerzo en este caso de las mujeres. El problema es que dicha desconexión de la realidad se plasma, en el ejercicio de sus incompetencias, en leyes completamente ajenas a las necesidades de sectores tan notables y de vital importancia para el desarrollo del mundo rural como el de la caza, la ganadería o la agricultura. Resulta paradójico que el diputado critique las medidas de promoción de la mujer en el mundo de la caza, cuando el fomento de su participación social es la razón de ser del Ministerio de Irene Montero, institución que, por cierto, se suele echar en falta cuando se trata de defender a la mujer rural. Queda claro que los cazadores (cerca de un millón en España) no formamos parte de su sociedad por “una mera” cuestión ideológica.
Invito al señor López de Uralde a que acuda a la próxima Junta Directiva de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, para que conozca a Carla Reig, Campeona de España de Caza Menor con Perro 2021, Licenciada en Ciencias Ambientales, pertenece a la junta directiva; o a Judith Fabregat, embajadora de Mutuasport en la Comunidad Valenciana, que trabaja en la promoción de la seguridad en la caza, también de la Junta directiva; o a mí misma, Licenciada en Ingeniería Superior de Montes por la Universidad Politécnica de Valencia, directora de Escuela de Caza y Naturaleza de la FCCV, que formo parte de la Junta Directiva de la Real Federación Española de Caza, donde soy responsable de Mujer y Deporte. Y después de conocernos pueda seguir atacando al sector de la caza, pero con la decencia de no hacerlo a costa de las mujeres.
Sras. como ésta, sean hombres o mujeres/mujeres o hombres, con esa clarividencia y esa forma tan clara y contundente de defender y expresar sus ideales son las que nos hacen falta en las instituciones, en los foros de representación y en la política para transmitir de forma clara a quien quiera y sepa verlo hacia donde debe ir nuestra sociedad.
Mi enhorabuena por su carta abierta.
Soy mujer, veterinaria y trabajo y vivo en el campo. El mundo de la caza, como se ha desarrollado hasta ahora no tiene cabida en la sociedad actual . Es la sociedad la que está demandando un cambio estructural
https://www.elsaltodiario.com/caza/el-legado-oculto-de-la-caza-miles-de-perros-abandonados
Perdone mi pregunta pero de las 98 asociaciones de que habla, cuantas son estatales o qué tipo de gestión tienen? Dónde están situadas? En las ciudades o en el campo? Finalmente, como puede comprobar que esos perros son efectivamente de cazadores. Clarifico: en mi edificio hay tres perros de caza, ninguno de sus dueños es cazador e incluso a uno le tuve que explicar que un epagnol bretón tiene que correr y gastar energía.
Muchas gracias,
Maria