El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Granada, en el marco de la operación Caprala, ha desarticulado un grupo organizado que se dedicaba a cazar de manera furtiva dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada y en zonas de reserva de un coto de caza del Parque Natural.
En esta operación han sido investigadas diez personas de entre veintidós y setenta y un años de edad. Nueve de los investigados lo han sido por un delito relativo a la protección de la flora, fauna silvestre y animales domésticos por cazar de manera furtiva armados y con una rehala de perros dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. Dos de los investigados también lo han sido por un delito de maltrato animal; y otros tres por un delito de tenencia ilícita de armas, por un delito contra la salud pública por cultivo ilegal de cannabis sativa y por un delito leve de defraudación de fluido eléctrico.
Durante la fase de explotación de la operación los agentes del Destacamento de Sierra Nevada del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil han realizado dos registros: en el primero localizaron tres armas sin documentación que amparase su legal procedencia y en el segundo una plantación de cannabis sativa y una conexión ilegal a la red eléctrica.
Por último, al realizar una inspección en el cortijo donde se guardaba la rehala de perros, los agentes del Seprona descubrieron el estado lamentable en el que se encontraban los animales. La Guardia Civil se puso en contacto con un veterinario para que inspeccionara y certificara cómo se encontraban los perros y este manifestó en su informe que tuvo que sacrificar a cinco de los veintiún canes que allí había por el mal estado en el que se encontraban, y que “todo lo que allí observó, era maltrato y crueldad animal”. A la vista del informe la Guardia Civil ha investigado a los responsables de los perros por un delito de maltrato animal.
Valladolid
La Guardia Civil de Valladolid a finales de diciembre tuvo conocimiento de la existencia de un video en las redes sociales donde se veía a un perro galgo atacando a una corza, mientras era instigado por su propietario para que no cesase en el acoso y caza del animal silvestre. Además del sufrimiento innecesario infligido al corzo, esta modalidad cinegética está prohibida y carece de autorización para cazar esta especie.

De las gestiones realizadas por la Patrulla del SEPRONA de Medina de Rioseco se comprobó que el video fue grabado en la localidad de Villafrechós (VA) y se localizó al perro que aparecía en el video y se identificó a la persona que lo grabó.
Por esta actuación, se tomó manifestación en calidad de investigado como autor de Delito de Caza a S.R.T, por cazar a una corza con un método no autorizado, en un coto que no tiene aprobado en su plan cinegético el aprovechamiento de esta especie y al hacerlo en periodo de veda.
Este delito está penado con multa de 8 a 12 meses y con inhabilitación especial para cazar por tiempo de 2 a 5 años.
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