El ministro francés de Agricultura, Julien Denormandie, ha presentado un plan para el fomento de las proteínas vegetales. Los objetivos del mismo son reducir la dependencia de las importaciones de proteína (soja especialmente) de terceros países, mejorar la autonomía alimentaria de las explotaciones ganaderas y desarrollar una gama de productos locales en cuanto a legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles, habas, etc.).

Actualmente en Francia se cultiva en torno al millón de hectáreas de cultivos proteicos (soja, guisantes, legumbres, alfalfa, leguminosas forrajeras, etc.). El fin es llegar a duplicar esta cifra en menos de 10 años (2030) y llegar a los 2 Mha, que sería un 8% de la superficie agrícola útil.
Para conseguirlo, se ha movilizado un presupuesto de 100 M€, que se distribuirá de la siguiente forma:
- 50 M€ se destinarán a inversiones en herramientas de procesado, almacenamiento y logística.
- 20 M€ se destinarán a mejorar la autonomía alimentaria del ganado. De esta cantidad, un 50% se usaría en la inversión material, el otro en la compra de semillas para enriquecer los prados con leguminosas forrajeras.
- 20 M€ se destinarán a I + D + i, con el fin de asegurar la competitividad de las legumbres a través de la experimentación.
- 7 M€ se destinarán a la innovación en términos de mejora varietal y desarrollo de nuevas formas de proteínas.
- 3 M€ se destinarán a promover el consumo de hortalizas secas (lentejas, garbanzos, etc.) en la dieta, en particular para los niños.
Imagino que todo el despliegue económico para potenciar la producción de proteína vegetal en Francia no solo incluirá los aspectos de productividad y calidad de la proteína, e integrará el factor de sostenibilidad, necesario para cumplir con los objetivos del Pacto Verde de la UE, con un consumo sostenible de recursos naturales.
Por otro lado, un riesgo ya contemplado en algunos estudios de prospectiva, es que si a medio y largo plazo los países ricos se centran en alimentos locales, la regiones que dependen de las importaciones se convertirían en focos de pobreza. En contrapartida, se reducirá el impacto ambiental de la producción local al acortarse la cadena alimentaria.
Me parece que esto ya lo venían planteando en un proyecto de hace unos años para toda la UE.
Sabiendo todo lo bueno que le aportes al suelo las leguminosas y, lo sé porque lo he vivido, un maíz después de un cultivo de arvejas (guisante verde) los rendimientos son muchos más altos, por el nivel de nitrógeno que deja de la fijación de los rozobium. Es por esto que les sirve para el pacto verde y la sustentabilidad y sostenibilidad.
La pregunta que planteo sería: si la superficie de estos cultivos aumentara, qué cultivo se sembraría menos? menos girasol, colza? como impactaría estos mercados? en definitiva van a tener que importar algo que dejan de producir si es para cubrir el consumo interno.
En ESPAÑA se está trabajando para aumentar la siembra estos cultivos, Itagraformacion.com con otras empresas para mostrar los beneficios de estos cultivos y proyecciones.