Un equipo internacional de ecólogos forestales, entre los que se encuentra un investigador de la Universidad de Granada (UGR), ha pedido a los Gobiernos de los países de Europa central que cambien de manera radical su actual estrategia para gestionar los bosques tras eventos de mortalidad del arbolado, como incendios, tormentas o sequías extremas.
Durante siglos, la estrategia ha sido la retirada de madera muerta y reforestación. Este proceder tiene como consecuencia una disminución constante de la diversidad biológica y la extinción de muchos hongos e insectos que dependen de la madera muerta.

Las perturbaciones naturales como las tormentas, los brotes de escarabajos y la sequía crean huecos en los bosques, lo que permite el crecimiento de una amplia variedad de especies de árboles nativos. Según los científicos, esta diversidad aumenta la resistencia del bosque a los fenómenos meteorológicos extremos. Por el contrario, la reforestación rápida conduce a grupos densos de árboles de la misma edad, que son altamente susceptibles a los fenómenos meteorológicos, los incendios y las plagas.
Alemania planea para los próximos años, una limpieza a gran escala mediante la tala de árboles muertos tras la gran sequía de 2018, seguida de un programa de reforestación, con fondos que podrían rondar los 800 millones de euros.
Para los investigadores, los subsidios públicos deberían estar destinados a preservar la madera muerta creada por las perturbaciones forestales, para detener la dramática disminución de los insectos. Por tanto piden que se estudie un cambio radical en la manera de gestionar los bosques.
Referencia bibliográfica:
Preventing European forest diebacks. Simon Thorn, Jörg Müller, Alexandro B. Leverkus. Science, 27 de septiembre de 2019. DOI: 10,1126 / science.aaz3476
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