El gobierno del Reino Unido está trabajando en una estrategia medioambiental para conseguir un aire más limpio «Clean Air Strategy 2019». Dicha estrategia establece medidas para reducir las emisiones en los distintos sectores implicados, como son el transporte, el hogar, la industria y la agricultura.
En el capítulo agrario, el documento británico señala que el 88% de las emisiones de amoniaco del Reino Unido proceden de la agricultura, concretamente del almacenamiento y aplicación de purines y de la fertilización inorgánica. Con el fin de reducir estas emisiones, se ha elaborado un Código de Buenas Prácticas Agrarias, que incluye muchas recomendaciones sobre cómo almacenar y aplicar los abonos orgánicos y los fertilizantes inorgánicos.

Una de la recomendaciones del Código para poder reducir las emisiones de amoníaco es cambiar de los fertilizantes basados en urea a fertilizantes de nitrato amónico. También aconseja, que estos fertilizantes se apliquen en condiciones de humedad y temperaturas frescas, evitando su aplicación cuando se esperan lluvias. Asimismo, recomienda el uso de un plan de gestión de nutrientes para calcular el momento y cantidades que habría que aplicar de fertilizante.
Reino Unido no es el único país con este planteamiento. La semana pasada informábamos, que el Centro Interprofesional francés de Estudios sobre Polución Atmosférica (CITEPA), destacaba que Francia solo podría alcanzar los niveles de emisión objetivo si se incrementaban los consumos de nitrógeno en forma de nitratos en los fertilizantes inorgánicos, en lugar del uso de urea. Supondría que un 54% del nitrógeno se debería consumir en forma de nitratos, frente al 30% actual. El CITEPA es el organismo que asesora al Gobierno francés en relación son la reducción de emisiones de NH3.
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