La celebración de la festividad de Todos los Santos, ayer 1 de noviembre, es uno de los hitos de venta de flores de todo el año, igual que ocurre con fechas como San Valentín, la Semana Santa o el Día de la Madre. Se calcula que en estas fechas se produce entre el 30 y el 40% de las ventas, por lo que los productores suelen volcarse para que haya existencias, lo que, paradójicamente, se vuelve en su contra ya que contribuye a bajar los precios que perciben. Este año, además, las altas temperaturas han provocado un descenso de calidad en algunas especies, como el clavel. Por todo ello, el descenso de los precios  se sitúa entre el 15 y el 20%, según COAG Andalucía.

Entre las variedades más demandadas, destaca el crisantemo blanco, que es la más vendida en estas fechas (aunque otras variedades van recortando diferencias), seguida de la rosa y el clavel, junto con otras flores de acompañamiento como la paniculata y el solidago, y algunos verdes como el ruscus y la mostera.

En los últimos años, el sector ha atravesado  momentos muy delicados, con fuertes caídas de ventas y de precios, debidas a la crisis económica, al aumento de las incineraciones frente a los enterramientos, al uso de flores de plástico, al cambio de costumbres en las nuevas generaciones y también a la competencia de las importaciones procedentes de países como Colombia, Kenia, Israel o Marruecos.

* Fiscalidad del sector

COAG Andalucía recuerda que los productores llevan años demandando que se ajuste el módulo fiscal del sector, actualmente fijado en 0,32 y que, más allá de reducciones puntuales en campañas con incidencias meteorológicas, se establezca en el 0,16 para adaptarlo a la rentabilidad real  de la flor cortada. No podemos olvidar que se trata de un sector de un marcado carácter social, que genera mucha mano de obra en zonas con alto desempleo y pocas alternativas.