Los aprovechamientos forestales de madera y leñas en Navarra se incrementaron en 2013 un 15% respecto al año anterior hasta alcanzar los 458.903,62 metros cúbicos, triplicando así el crecimiento conseguido el año anterior (4,7%), lo que confirma la tendencia al alza de esta actividad que ha visto duplicar en la última década el volumen gestionado (200.000 metros cúbicos en 2003).
La puesta en el mercado del volumen extraído generó unos ingresos de 5,8 millones de euros, de los que 4,4 millones los recibieron las entidades locales como titulares de propiedad de montes.
Por especies, las principales maderas aprovechadas entre las frondosas son el haya y el chopo, mientras que el pino laricio y el pino silvestre lo son en el caso de las coníferas.
Cabe destacar que el 66% de la madera extraída en Navarra dispone de un sello de carácter internacional que garantiza que procede de montes gestionados de forma sostenible, lo cual, facilita su entrada y, por tanto, su venta, en los mercados internacionales. Frente a ese porcentaje del 66%, hay que recordar que en el conjunto de España solo el 8% de la superficie forestal arbolada se encuentra certificada.
Biomasa, un combustible ecológico y económico
Este crecimiento es consecuencia de la cada vez mayor demanda de biomasa forestal como una fuente de energía térmica alternativa y económica. El Gobierno de Navarra, en el marco del III Plan Energético de Navarra horizonte 2020, ha realizado una apuesta decidida por esta energía renovable y espera que en la próxima década se incremente su consumo en un 28%.
Se trata de un combustible que genera trabajo en los montes, beneficia a la economía y favorece el medio ambiente. El impacto potencial en cuanto a empleo se sitúa en torno a los 1.650 puestos de trabajo directos e indirectos, que se sumarían a los 4.000 que ya sostiene el sector en la actualidad, repartidos en 300 empresas de explotación forestal, serrerías, embalajes, almacenes y centros de fabricación.
Son cada vez más los ayuntamientos, empresas y comunidades de vecinos que apuestan por la biomasa en sus diferentes formatos: pellet, astilla, leña. Son combustibles que mantienen un precio competitivo y estable frente al constante incremento del precio de los combustibles fósiles tradicionales, como el gas natural y el gasóleo.
En la actualidad, la Comunidad Foral cuenta con 501 instalaciones de biomasa para la generación de calor (calefacción y agua caliente), 441 de ellas instaladas en viviendas y 60 más en empresas, instalaciones hoteleras y entidades locales. La potencia térmica instalada por toda la geografía navarra se acerca ya a los 40.000 kilovatios.
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