La Confederación Internacional de Remolacheros Europeos (CIBE) considera que hay tres puntos clave en la política comunitaria del azúcar que son intocables: las cuotas nacionales, el precio mínimo de la remolacha y los contratos. Así se lo han recordado a la Comisión Europea, tras su Asamblea anual celebrada hace unos días.

Los remolacheros europeos consideran que la volatilidad actual del precio del azúcar en el mercado comunitario se debe en parte, a la reforma. Tras cinco años de reestructuración, la UE se ha convertido en un importador neto de azúcar. La mayor dependencia de las importaciones favorece una mayor inestabilidad porque el sector está mucho más influenciado por lo que pasa en el mercado mundial.

La Confederación defiende el mantenimiento de la actuales herramientas que regulan el sector, con el fin de contar con un mercado comunitario lo más estable posible. No obstante, se muestra favorable a ciertas mejoras que potencien que las medidas de mercado se implementan a tiempo.

La CIBE apoya que el actual régimen del azúcar se prorrogue de 2015 a 2020, postura apoyada por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo. Para después de 2020, la Confederación considera que es demasiado pronto para tomar decisiones y que habría que analizar la situación de mercado en ese momento para poder opinar al respecto.