Científicos de la Universidad de Georgia (EEUU) han comprobado que es similar el nivel de contaminación en la cáscara de los huevos, una vez lavados, tanto si proceden de gallinas en batería o como de gallinas en sistemas alternativos (criadas en el suelo con cama de virutas o sobre rejilla). Mientras que en la UE la práctica del lavado de los huevos está prohibida, salvo ciertas excepciones, en EEUU los huevos tienen que lavarse. Tanto la UE como EEUU consideran que la práctica que cada uno utiliza es la más adecuada para mejorar la higiene del huevo. Los resultados de esta investigación se han presentado en el Foro Internacional de Ciencia Avícola de Atlanta (EEUU).

Los investigadores midieron los conteos de bacterias aeróbicas, E. coli y bacterias coliformes en las muestras de huevos procedentes de gallinas en batería, gallinas criadas sobre suelo con cama y gallina criadas sobre suelo con rejilla. También se analizaron dos tipos de líneas de gallinas: una blanca y una marrón. Los huevos se muestrearon en cuatro momentos diferentes.

Los resultados pusieron de manifiesto que los conteos de E. coli y de bacterias coliformes no variaban significativamente entre el tipo de alojamiento y entre antes y después del lavado. Tampoco influyó el tipo de línea de gallina.

Los conteos de bacterias aeróbicas fueron ligeramente mayores en los huevos procedentes de gallinas criadas en el suelo con cama que en los de gallinas criadas sobre rejilla. Además, los conteos de bacterias aeróbicas en estos dos tipos de alojamiento fueron mayores que en los huevos de gallinas en batería. En los tres casos, la contaminación bacteriana se redujo considerablemente con el lavado.

En conclusión, no hubo grandes diferencias entre los conteos de bacterias aeróbicas, E. coli y bacterias coliformes en huevos procedentes de los tres tipos de alojamiento una vez que se hubieron lavado.