Madrid, 13 de enero de 2009.- La Eurocámara ha aprobado hoy una regulación, que pactó con el Consejo de ministros de la UE, por la que se establecen reglas más rígidas a la hora de autorizar la utilización de productos fitosanitarios. El Parlamento Europeo, la Comisión y la Presidencia Francesa en nombre del Consejo de Ministros alcanzaron un acuerdo el pasado mes de diciembre sobre el Reglamento relativo a la comercialización de productos fitosanitarios y sobre la Directiva por la que se establece el marco de la actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas. Este acuerdo rebaja notablemente las desmedidas pretensiones del texto inicial aunque aún contiene determinados aspectos que muy preocupantes para los productores de nuestro país.
COAG afirma que mientras los productores agrícolas del norte de Europa deben combatir las enfermedades (hongos, virus y bacterias), los profesionales agrarios de países del sur, como España, deben luchar contra las plagas, y para ello existen una serie de materias activas fundamentales que no pueden prohibirse sin facilitar, previamente, una alternativa. En este sentido, COAG considera imprescindible una moratoria que permita ganar tiempo para investigar y poner en marcha otras sustancias activas con eficacia similar a las que se planea eliminar, o bien otro métodos de control no químicos (lucha biológica, etc.), y la realización de un estudio de impacto socioeconómico y medioambiental de la aplicación de la normativa aprobada. “No se entiende esta decisión precipitada, salvo que obedezca a algún tipo de propósito comercial encubierto liderado por el lobby pro-transgénicos”, ha matizado Miguel López, Secretario General de COAG.
El acuerdo alcanzado recoge algunas mejoras en lo relativo al Reglamento como el establecimiento de las 3 zonas para el reconocimiento mutuo, el fomento de los usos menores y la rebaja de los requisitos necesarios a la hora de informar sobre los tratamientos fitosanitarios a los distintos agentes de la cadena. Sin embargo, COAG considera demasiado restrictivas las exigencias relativas a los criterios de corte de las materias activas (cut off) establecidas en dicho acuerdo, que pueden provocar la disminución de alternativas para combatir las plagas y enfermedades vegetales. Desde el sector agrario español siempre se ha defendido un sistema de registro de sustancias, basado en la evaluación de riesgo con base científica, y no en aplicar indiscriminadamente criterios de corte, (sin evaluación de riesgo) en la aprobación o renovación de una sustancia.
En cuanto al acuerdo sobre la Directiva se rebaja considerablemente el requisito del Parlamento que establecía un 50% de reducción en el uso de productos fitosanitarios en 2013. Finalmente serán los Estados Miembros quienes adopten en sus planes nacionales los objetivos tanto de reducción del riesgo como del uso, no estableciendo ningún requisito ni en porcentaje ni en periodo.
COAG siempre ha defendido una agricultura más sostenible con una utilización cada vez más racional y segura de los productos fitosanitarios. Los agricultores y técnicos vienen desarrollando técnicas de cultivo cada vez más respetuosas con el medioambiente, reduciendo un gran número de materias activas. Sin embargo, consideran necesario tener la suficiente disponibilidad de materias activas para luchar contra las plagas y enfermedades vegetales, y que la retirada de materias activas no vaya en detrimento de la competitividad de la agricultura española.
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