La consejera de Salud, María Kutz Peironcely, asistió el viernes a los actos organizados por el Colegio de Veterinarios de Navarra para celebrar la fiesta patronal de estos profesionales. Los actos han consistido en una misa en la iglesia de San Antonio de Pamplona y una comida de hermandad.

El Departamento de Salud tiene una plantilla de 56 veterinarios que llevan a cabo una función inspectora en sanidad alimentaria para cumplir la máxima higiénica de seguridad “desde la granja a la mesa”. A esta plantilla de funcionarios públicos hay que añadir los veterinarios que trabajan en los laboratorios municipales de Pamplona y Tudela, dedicados también a funciones de inspección alimentaria, y los adscritos al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, así como los veterinarios que ejercen libremente su profesión.

En este sentido, los veterinarios de la Administración realizan controles para garantizar los procesos de producción y distribución alimentarias mediante inspecciones en instalaciones de fábricas y puntos de almacenamiento y venta, que en Navarra alcanzan los 7.134 establecimientos.

Los veterinarios son también competentes en el control de las “zoonosis”, es decir, procesos patógenos que pueden transmitirse de los animales a los humanos, por ejemplo, enfermedades animales clásicas como la hidatidosis, o más modernas, como las encefalopatías espongiformes, así como en el control de las epizootias (epidemias que afectan a animales).

Las competencias veterinarias encuentran un campo de actuación cada vez más exigente, en un doble sentido: por el mayor rigor de la legislación de seguridad alimentaria (la legislación europea obliga a realizar auditorías e inspecciones a cargo de la Comisión Europea de estos servicios) y por la aparición de nuevos alimentos y nuevos procesos de producción de éstos, como los organismos genéticamente modificados, alimentos dietéticos, complementos alimentarios, y otros.