Valencia, 24 de enero de 2007. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) respalda la demanda interpuesta el pasado martes por el letrado Fermín Rabal en nombre de un productor de la variedad Afourer-Nadorcott solicitando la nulidad del contrato de regularización firmado con Geslive. En este sentido, se alega que la entidad exigió el pago de un royaltie a plantaciones anteriores a octubre de 2004, cuando todavía no contaba con el título de protección vegetal que le permitía reclamar un canon por los derechos de la variedad.

La demanda entiende que los productores de Afourer sufrieron “una presión intolerable” por parte de la entidad para pagar los derechos fijados, que ascienden a siete euros por árbol, una cantidad “abusiva” en relación al coste de los plantones de la mayoría de variedades. El agricultor demandante puede acreditar que injertó dicha variedad previamente a octubre de 2004, lo que le exime de regularización y del pago de royaltie alguno.

“No entendemos que variedades de clementinas nuestras puedan cultivarse en un país vecino sin ninguna traba y, en cambio, nosotros tengamos tantos problemas para plantar una variedad que, además, lleva años en España”, denuncia Cristóbal Aguado, presidente de la organización agraria. Por este motivo, AVA ha mostrado su intención de apoyar “cualquier planteamiento jurídico para defender los intereses de los citricultores valencianos y, en este caso, creemos que nos ampara el derecho y la razón”, indica Aguado.

El dirigente agrario explicó que la merma de producción de cítricos de variedades tardías, como la Fortune, por el ataque de la Alternaria citri o mancha marrón, han permitido a la Afourer beneficiarse de este hueco de mercado, una situación que, según Aguado, la entidad demandada ha querido explotar. Al respecto, el presidente de AVA destacó “la importancia de la investigación para mejorar la estructura varietal actual buscando nuevas alternativas”.