Un nuevo estudio ha confirmado la relación entre un consumo moderado de alcohol y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, concluyendo que comparando personas que tienen un estilo de vida saludable, aquellos que consumen alcohol moderadamente (dos bebidas diarias) tienen menor riesgo de infarto que los abstemios. Este estudio ha sido llevado a cabo por el centro médico Beth Israel Deaconess de Harvard (EEUU).

Este estudio tiene la novedad de que la comparación no es solamente entre beber o no; sino dentro de personas que en todo caso practican una alimentación saludable, no fumadoras, practicantes de ejercicio y con peso moderado, lo que elimina a los otros factores como causa de la protección contra la enfermedad, reforzando el hecho de que es el consumo de alcohol y no otra cosa el responsable de este efecto protector, que es considerable, estimándose entre un 40-60% de menor riesgo en los bebedores moderados sobre los abstemios.