La interprofesional australiana de las carnes ha establecido que cuando un proveedor venda alimentos forrajeros a un ganadero debería proveerle de un documento sobre el producto vendido. Se trata de una declaración del vendedor en la que se indica si se han producido tratamientos, que productos se han utilizado y cuando se han aplicado. El fin de esta declaración es que el ganadero tenga más información sobre el tipo de alimentos que le está proporcionando a su ganado.

Se han elaborado dos modelos de declaraciones. Una corresponde a aquellos cultivos que se han producido para destinarse a la alimentación animal y otra que cubre aquellos cultivos que originariamente no iban destinados al consumo animal, pero que al final se destinan a éste. Tal es el caso de cosechas que se han estropeado, subproductos de proceden de frutales, algodón o caña de azúcar, cultivos textiles o pulpas, peladuras o hojas prensadas.

Actualmente ya se venía utilizando una declaración, pero su información era incompleta. La utilización de estas declaraciones es voluntaria pero se espera que tenga aceptación tanto por vendedores como por compradores.