Desde el pasado 1 de abril, el comercio de cerdos en Holanda está restringido a los animales que cumplan con el programa de muestreo y análisis de sustancias prohibidas (SAFE por sus siglas en inglés). De esta forma, Holanda se convierte en el primer país comunitario en cumplir con los requerimientos de programas de autocontrol, prescritos en la directiva 96/23.

El muestreo se lleva a cabo por un organismo de control independiente, tomándose las muestras de la orina y de los alimentos. Los análisis buscan la detección de sustancias prohibidas.

El programa SAFE se ha incorporado al programa de calidad holandés IKB, en el que están inscritos el 90% de las explotaciones agrarias holandesas. Los ganaderos que no estén inscritos en el programa, o bien tendrán que unirse al mismo, o bien sus cerdos tendrán que verse sometidos a análisis extra, con un coste 1.000 €/animal.