Investigadores de la Universidad de California-Davis ha comprobado que cierto aditivo utilizado en la alimentación de las vacas lecheras puede conducir a que la leche producida tenga hasta 8 veces más grasas insaturadas (o grasas saludables). Normalmente, los microorganismos existentes en el rumen de las vacas transforman las grasas insaturadas presentes en la alimentación del animal en grasas saturadas, que son las que están vinculadas con el incremento del colesterol. Dichas grasas saturadas son las que después están e la leche que produce el animal.
El aditivo que han descubierto estos científicos actúa a modo de escudo con las grasas insaturadas, impidiendo su transformación. Dicho aditivo está elaborado a partir de proteína de suero y aceite, especialmente de soja y linaza, aplicando al conjunto un tratamiento térmico. Para comprobar los resultados de este aditivo, los investigadores han realizado múltiples test de 21 días en el que se analizaron más de 1.500 muestras de leche.
Dado que el aditivo parece efectivo y que para su aplicación no es necesario ningún permiso de las Agencia de Seguridad Alimentaria de EEUU, actualmente se está en fase de un proyecto piloto para posteriormente pasar a la producción de leche a gran escala.
Hay que tener en cuenta que leche con más grasas insaturadas no significa que sea leche con menos calorías. Se trata de una leche que resulta más saludable. Las personas que tienen problemas con su nivel de colesterol optan por productos lácteos desnatados, los cuales carecen de grasas, tanto saturadas como insaturadas. Este nuevo producto iría por tanto destinado al consumidor que quiere cuidar su nivel de colesterol y no prescindir del sabor de la leche entera.
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